Hace ya más de 15 años, arrancaba una aventura familiar que nos llevaría por un camino desconocido hasta el momento, y en el que ninguno de los cinco, que cada noche compartíamos la misma mesa, podía llegar a visualizar qué nos iría a deparar.

Así fue como el menor de esta familia, -quien escribe-, terminó aceptando el desafío, y finalmente quien menos se vislumbraba como postulante a vivir en un bosque calmo, se dejó atrapar por este hermoso lugar y por las interrelaciones que lo sorprenden día a día, con la llegada a las cabañas de cada nuevo huésped, de cada nueva historia, y de cada recuerdo familiar de los que tuvimos la suerte de formar parte en todos estos años.

Algunos de ustedes también nos han visto crecer, y nos han acompañado con incontables charlas al pie de uno de nuestros arboles o en plena playa, bajo el sol del verano y a orillas del mar.

Hoy en día, la vida de cada uno de nosotros sigue girando y nos seguimos sorprendiendo con nuevos proyectos personales, y Flores del bosque ha pasado a formar parte de nuestra historia familiar, y es el lugar que elegimos para reencontrarnos, cada vez que podemos, con toda la familia. 

Cada vez que elijan descansar en Mar de las Pampas, no duden pasar a visitarnos y tomar un mate en nuestras cabañas. A lo largo de los años hemos convertido a nuestros huéspedes, en grandes conocidos, y para nosotros no son pasajeros, son amigos de visita.

Los estaremos esperando al pié de la duna, en plena playa y bien cerca del centro comercial.